lunes, 21 de diciembre de 2009

III. Lo imposible

Amanecer en Simojovel, Chiapas

Guy quiso guardar entre sus manos los colores del iris que forman un cristal. En la sombra los colores desaparecían.
- Jacinto – dijo a Canek -, le prometí a Exa un regalo. Pero me parece que es un regalo imposible.
- Nada es imposible, niño Guy, cuando el corazón es limpio.
Guy volvió a mirar, bajo el sol, los colores del iris.
Se quedó mirándolos con tanta emoción que sobre ellos cayeron sus lágrimas. Entre las manos de Guy quedaron prisioneros, lúcidos, los colores del iris y Exa tuvo su regalo.
Canek, Emilio Abreu Gómez

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